La pérdida de restauraciones por caries recidivantes o caries cervicales, ya sea por desajuste de las restauraciones o por fallas en la higiene de nuestros pacientes es una imagen frecuente sobre todo en los primeros molares, o molar de los seis años, siendo la pieza dentaria que estadisticamente recibe la mayor cuantía de tratamientos por las razones que todos conocemos, sin embargo su solución en situaciones limites a veces no es tan clara.
Una vez removido el perno muñon observamos clínica y radiográficamente la imposibilidad de restaurar la raiz distal, y proseguir con la clásica premolarización de un molar, sin embargo esto aun es una opción viable de tratamiento gracias a la oseointegración.
Situación clínica luego de la remoción de la raíz distal e instalación inmediata de un implante en su lugar, la conservación de la raíz mesial no solo tiene valor como elemento preservador de la propiocepción a través de las terminaciones nerviosas del ligamento periodontal, sino que también como fuente de oxigeno por el paquete vascular parte integrante del mismo.
Luego de transcurrido el periodo de oseointegración, procedemos a la conexión del implante, en este caso mediante un pilar angulado dada la inclinación del implante.
El pilar conectado a la boca con su correspondiente provisional, y procedemos ahora a la construcción de un muñón por medio de resina y pernos preformados.
El muñón ya preparado